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Presupuestos y reconstrucción con perspectiva de infancia

Niño pintando

El alto comisionado contra la Pobreza Infantil, Ernesto Gasco, ha publicado una tribuna en El Correo y El Diario Vasco sobre la perspectiva de infancia vulnerable de los Presupuestos de 2021 y la necesidad de políticas de reconstrucción, tras la crisis del Covid-19, que pongan en el centro la lucha contra la pobreza infantil. A continuación puedes consultar la tribuna completa.

PRESUPUESTOS Y RECONSTRUCCIÓN CON PERSPECTIVA DE INFANCIA

Lo mejor que se puede hacer con los errores es aprender de ellos. Uno de los mayores errores que se cometieron en la gestión de la crisis económica anterior fue pensar que el bienestar de los niños, niñas y adolescentes era responsabilidad de sus padres y madres, y que la obligación del estado para con ellos acaba cuando estos encuentran un empleo. El resultado fue que la pobreza infantil en España no solo aumentó hasta alcanzar a uno de cada tres niños, niñas y adolescentes, sino que también se hizo más crónica -una vez que se entra en pobreza, cuesta más salir de ella- y más intensa -quienes estaban en pobreza se hicieron aún más pobres-. Ambos fenómenos generan un efecto "lupa": magnifican las consecuencias negativas de la pobreza.

Si bien no conocemos todavía todo el alcance de la crisis del COVID-19 sobre la infancia y la pobreza infantil, diversos indicadores apuntan a que el confinamiento tuvo un impacto económico mayor en los hogares con hijos e hijas a cargo. Esta situación ha sido particularmente adversa para los hogares monomarentales, en su mayoría encabezados por mujeres, que antes de la crisis actual ya presentaban números alarmantes: en torno al 50% se encontraban en una situación de riesgo de pobreza. Estamos viendo también que el cierre de centros educativos ha tenido consecuencias muy importantes en el aprendizaje de los y las estudiantes, un impacto que según estudios recientes en países de nuestro entorno ha sido muy superior para los niños, niñas y adolescentes que provienen de hogares con menos recursos.

El proyecto de Ley de Presupuestos prevé para 2021 el gasto social más alto de la historia de nuestro país, con un aumento considerable de la inversión en infancia y pobreza infantil: un incremento del 282%, hasta alcanzar los 5.000 millones de euros. En concreto, se prevé un incremento del 59% de la dotación destinada a las Comunidades Autónomas para la lucha contra la pobreza infantil. Al mismo tiempo, estamos a la espera de ver cómo se van definiendo los fondos europeos. El Mecanismo de Recuperación y Resiliencia y el Fondo Social Europeo Plus para el periodo 2021-2027 son dos herramientas indispensables para la lucha contra la pobreza infantil en España.

Además, atendiendo a las consecuencias que el cierre de centros escolares ha tenido para la infancia en situación de pobreza, y ante una de las mayores crisis de este siglo, el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado quiere actuar en consecuencia con una inversión en educación sin precedentes, siendo uno de sus principales objetivos el cierre de la brecha digital.

Esta triple brecha digital –en acceso a internet, en equipamiento y en uso de las TIC-, que hemos identificado y cuantificado desde de Oficina del Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil, se ha manifestado con mayor dureza tras el cierre de centros educativos por la pandemia. Esta situación preocupa al Gobierno, por lo que dotará con 1.000 millones de euros la inversión dentro del Plan Educa en Digital que ya se ha puesto en marcha. En entornos cada vez más digitalizados, la adquisición de habilidades y competencias digitales desde la infancia se convierte en fundamental para la inclusión social.

Por todo ello, urge un pacto social y económico por la infancia que sume esfuerzos y ayude a canalizar la inversión con una estrategia común a todo el territorio y a todos los niveles de la administración, en particular, a la administración local, la más cercana a los problemas de muchos niños, niñas y adolescentes. Ahora más que nunca es necesaria una alianza de país entre el sector público, privado, tercer sector y sociedad civil para alcanzar la media de la UE en políticas de familia e infancia.

Quiero señalar el comportamiento ejemplar de la infancia y de la inmensa mayoría de la juventud en esta crisis sanitaria tan compleja y limitativa de derechos. Han sabido reaccionar de la mejor manera a la incertidumbre y, en muchas ocasiones, en unas condiciones muy poco favorables. Los adultos debemos estar a su altura. En esta crisis, hemos construido un escudo social que protege a la infancia más vulnerable: no podemos permitirnos repetir los errores del pasado. Esta vez, la infancia, sobre todo la que se encuentra en una situación de mayor vulnerabilidad, será una prioridad. Esta vez vamos a estar a la altura.

Puedes consultar la tribuna del alto comisionado publicada en El Diario Vasco y El Correo a través de estos enlaces.